sábado, 12 de mayo de 2007

La Escuela y la Sociedad de la Información...

Me pareció interesante citar este fragmento de texto, ya que marca de forma muy clara cuales son las causas y consecuencias de la Escuela y Sociedad de la información.

Un modelo educativo integral para la alfabetización en el uso de nuevas tecnologías requiere el desarrollo de cuatro dimensiones formativas :

• Dimensión instrumental: relativa al dominio técnico de cada tecnología (conocimiento práctico del harware y del software que emplea cada medio).
• Dimensión cognitiva: relativa a la adquisición de los conocimientos y habilidades específicos que permitan buscar, seleccionar, analizar, comprender y recrear la enorme cantidad de información a la que se accede a través de las nuevas tecnologías. Es decir, aprender a utilizar de forma inteligente la información.
• Dimensión actitudinal: relativa al desarrollo un conjunto de valores y actitudes hacia la tecnología de modo que no se caiga ni en un posicionamiento tecnofóbico (es decir, que se las rechace sistemáticamente por considerarlas maléficas) ni en una actitud de aceptación acrítica y sumisa de las mismas.
• Dimensión política: relativa a la toma de conciencia de que las tecnologías de la información y comunicación no son asépticas ni neutrales desde un punto de vista social, sino que las mismas inciden significativamente en el entorno cultural y político de nuestra sociedad.

Este planteamiento de la alfabetización, como hemos señalado, es deudor de las ideas expresadas por Paulo Freire en el sentido de que la alfabetización no sólo es un problema técnico de adquisición de la mecánica codificadora de los símbolos de la lectoescritura, sino un aprendizaje profundo y global que ayuda al sujeto a emanciparse, a reconocer la realidad que le circunda y en consecuencia, a reflexionar sobre la misma y actuar en consecuencia con su pensamiento. La alfabetización, desde esta perspectiva, debe representar la adquisición de los recursos intelectuales necesarios para interactuar
tanto con la cultura existente como para recrearla de un modo crítico y emancipador.



Por otra parte, las tecnologías de la información y comunicación así como las prácticas culturales, comunicativas y de interacción social que las acompañan, no son un patrimonio compartido por todos los sectores y colectivos de ciudadanos. Existen sobradas evidencias para afirmar que el acceso a las nuevas tecnologías no estará al alcance de la totalidad de la población del planeta, ni tan siquiera de la inmensa mayoría de la ciudadanía de los países más desarrollados económicamente. El acceso a la cultura vehiculada por estas tecnologías sólo será una realidad para aquellos cuyo nivel económico les permitan comprarlas y que posean el conocimiento adecuado para comprenderlas y usarlas. Dicho en otros términos, la tecnología en general, pero específicamente la tecnología digital para la información y comunicación no se ha democratizado en el sentido de ser accesible para todos los individuos, lo cual provoca que la sociedad se divida entre grupos e individuos “conectados” y partícipes de los beneficios de la tecnología y aquellos otros colectivos sociales excluidos del avance y progreso de la sociedad informacional´.
Esta exclusión e incapacidad de acceso a la tecnología y cultura digital se conoce como “brecha o división digital” (Ballestero, 2002). Este autor, al respecto, señala que está relacionada con cuatro grandes factores:
- la disponibilidad de un ordenador u otro elemento hardware que permita al ciudadano conectarse a Internet,
- la posibilidad de conectarse y poder acceder a la red desde el hogar, el trabajo o la oficina,
- el conocimiento de las herramientas básicas para poder acceder y “navegar” en la red, y
- la capacidad adecuada para conseguir que la información accesible en la red pueda ser convertida en conocimiento por parte del usuario.


Fragmento de texto tomado de:
http://webpages.ull.es/users/manarea/udtic/Escuela-SocInformacion.pdf

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