Globalización

La cultura de la muerte, una moda que viene norte

“Cultura de la muerte”, es un término acuñado por el papa Juan Pablo II para definir la práctica de las matanzas de los mas débiles por distintos motivos y métodos, ya sea del niño por nacer, del enfermo terminal o del delincuente condenado por el Estado a perecer por algún procedimiento químico o eléctrico.

En los países desarrollados donde rige la teoría del propio placer (hedonista) el aborto se fomenta desde el postulado del “derecho de la mujer a decidir”, e incluso es desvalorizada aquella madre que sufre por haber abortado a su propio hijo.

La eutanasia o el suicidio asistido aparecen como simples usos para aliviar el sufrimiento de los parientes ancianos o enfermos, quienes a su vez son considerados una carga para la sociedad.

Las organizaciones dedicadas a combatir el avance de la cultura de la muerte tienen en claro que el proceso siempre es parecido en los distintos países: primero se fomenta la anticoncepción como forma de evitar el embarazo e interrumpirlo, y luego se legaliza el aborto, al que le seguirán la eutanasia y el suicidio asistido.

Es sorprendente que en los países de mayor ingreso per capita, y donde se ha hecho un culto de la lucha contra el nazismo, se aplauda la misma lógica criminal que utilizo Adolf Hitler para ajusticiar primero a gran numero de alemanes de “pura raza” minusválidos o ancianos, y luego a millones de judíos.
Esas ideas hoy están renovadas en legislaciones de los países mas avanzados.

Los problemas de la sociedad se resuelven a través de la muerte de los niños en el vientre de sus madres, o de los ancianos o enfermos que no producen.
El termino “vida sin sentido pleno” que se utiliza para intentar promulgar la eutanasia surgió en la Alemania nazi.

Las sociedades materialistas consideran a la muerte como algo de significado casi nulo, y para resolver esa incongruencia proponen la eutanasia, es decir la muerte anticipada e indolora.

Los extremos llegan hasta el infanticidio, alertan los investigadores.
Everett Koop, un ex cirujano general de los Estados Unidos admitió en declaraciones públicas que en algunos hospitales de su país semejan morir a niños que nacen con graves defectos. Afirmo que ”el infanticidio se practica con gran frecuencia” y que esto es posible porque el aborto le abrió el camino.
Los límites de la cultura de la muerte caen unos juntos a otros. En muchas partes del mundo los médicos católicos piden hoy a gritos que no los obliguen a efectuar abortos a sus pacientes. Al mismo tiempo –y por el contrario- muchos dignatarios de la Iglesia católica no restan su apoyo a proyectos legislativos de las leyes de salud reproductivas
-consideradas como la puerta al aborto- a cambio de obtener en los parlamentos subsidios para sus escuelas católicas.


Las Frases:

“Una sociedad que permite que los padres maten a sus hijos inmediatamente llevara a una sociedad que admite la eutanasia”.

Abogado Roberto Castellano, presidente de Pro-Vida Argentina.

“Somos colonizados a una velocidad de globalización que nos acerca a las legislaciones de los vecinos desarrollados”.

Por el padre Juan Sanahuja.
(Junto con Hugo Obiglio, Alberto Catarrelli y el padre Domingo Basso, es delegado de la Pontifica Academia para la Vida en Argentina)

Mi frase:

“Aborto, eutanasia, suicidio asistido, eliminación de los discapacitados y pena de muerte: todas son nuevas formas de colonialismo que descienden sutilmente hacia los países del Tercer Mundo y atraviesan las ultimas barreras que defienden a un universo del otro”.



Fragmentos de texto extraído de La revista Magazín Semanal.

Por Matilde Fierro, columnista de Magazín Semanal.
Es una publicación de Suplementos Semanales S.A.